La maldad en las sociedades humanas tiene una raíz triple:
- la naturaleza caída que cada ser humano tiene de nacimiento,
- las tentaciones personales de Satanás y
- la atracción de las cosas de este mundo.
Las tres «cooperan» para que la maldad humana encuentre multitud de oportunidades de manifestarse. Además,
«Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen;
estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades;
murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres,
necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia»; (Romanos 1:28-31).
El origen de la maldad del hombre
La maldad humana tiene su origen en la naturaleza caída que ya tenemos de nacimiento. Nacemos en pecado a causa de esa naturaleza. La naturaleza caída o corrupta que incluye la maldad nos lleva a pecar.