Jesús fue más que un simple hombre o personaje histórico, la palabra de Dios lo confirma en numerosos versículos. Aunque hay algunas personas que hasta se atreven a negar tozudamente la existencia histórica de la persona de Jesús, otras muchas personas consideran a Jesús un mero hombre, un filósofo, un profeta o un maestro.
En Juan 3:13 leemos estas palabras de Jesús:
«Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo».
En ese momento el Señor Jesús estaba hablando con Nicodemo (en la tierra) y exactamente al mismo tiempo el Señor dice que está en el cielo.
UN VERSÍCULO CLAVE:
En Colosenses 2:9 leemos:
«Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad».
En las Escrituras hay numerosos pasajes en los que se muestra al Señor Jesucristo con atributos, nombres y recibiendo honores de Dios.
Por lo tanto, numerosos pasajes del Nuevo Testamento muestran que el Señor Jesús es hombre perfecto y Dios verdadero.
En Cristo hay una sola persona en dos naturalezas (la humana y la divina), a esto se le denomina unión hipostática. Esta unión es indisoluble, lo confirma
- Lucas 1:33 donde al hablar de Jesús como el heredero del trono de David, se dice: «su reino no tiene fin»,
- en Hebreos 7:24 «permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable».
No hay nada que pueda hacerle más hombre y no hay nada que pueda hacerle más Dios.