El destino que espera a los que no creen en Jesucristo es: Condenación.
Dice Juan 3:18
«El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios»
y
«El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él» (Juan 3:36).
Los verbos en tiempo pasado nos muestran la realidad eterna de la condenación.
Con independencia de la religión o creencia que una persona profese, (ya que la clave para tener vida eterna es la fe en el Señor Jesucristo), no creer significa estar en condenación eterna.
Opiniones
A pesar de las muy diferentes, pero siempre infundadas opiniones sobre el destino de aquellas personas que no creen, aunque digan que creen o les parezca que creen. A esas personas el Señor Jesucristo les da una respuesta clara y seria según leemos en Juan 8:24
«Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis»,
Pues la persona que no cree no es que será condenada sino que ya ha sido condenada por sus propios pecados.
Meditación bíblica
El escritor del salmo 73 meditando en el destino de los malos y concluye:
«Ciertamente los has puesto en deslizaderos; En asolamientos los harás caer.
¡Cómo han sido asolados de repente! Perecieron, se consumieron de terrores.
Como sueño del que despierta, Así, Señor, cuando despertares, menospreciarás su apariencia».
(Salmos 73:18-20).