Son inspirados por Dios sin excepción todos los pasajes de la Escritura, sean doctrinales, los pasajes que tratan cuestiones morales, los éticos, los geográficos y los históricos, incluyendo lugares, fechas, personajes, números, cronologías, y genealogías.
Aún de aquellos que pueden parecer contradecir la Biblia por un tiempo, cada uno de los descubrimientos arqueológicos corrobora (en ningún caso desmiente) lo que la Biblia dice.
No en vano leemos en 2ª Timoteo 3:16:
«Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia»
y esto queda reafirmado en 2ª Pedro 1:20-21
«entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada,
porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo».
Así, pues desde Génesis 1 hasta Apocalipsis 22 toda esta Escritura es inspirada por Dios, único Autor, aunque haya casi 40 escritores humanos en un período de más de 1500 años y en tres idiomas distintos.