Solamente se necesita cometer un pecado para quedar fuera de la presencia de Dios:
«Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos». (Santiago 2:10).
Pero si piensas un poco y eres sincero, has cometido muchos, cada uno de los cuales está registrado en los libros de Dios (Apocalipsis 20:12-15). El Señor Jesús dijo que la ira injusta es asesinato (Mateo 5:21-22), y que una mirada codiciosa a una mujer es adulterio (Mt. 5:27-28), de modo que puedes ser un asesino o un adúltero solamente con el pensamiento sin haber cometido el acto.