El estándar de Dios es: «Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto» (Mateo 5:48), pero hemos fallado miserablemente de llegar a su gloria.
«Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios» (Ro. 3:23), y Romanos 3:10-12 añade: «…No hay justo, ni aún uno; No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno».
Por lo tanto, estamos muy lejos de lo que Dios quería que fuéramos excepto si no es a través de Jesucristo.