Es un elemento imprescindible en la salvación. El arrepentimiento de verdad consiste entre otras cosas en un retorno, un cambio de mentalidad como por ejemplo cuando Pedro invitó a los oyentes del sermón en Hechos 2:38
«…Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados»
y en Hechos 3:19:
«Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio».
No es arrepentimiento
- Sentirse mal por algo que has dicho, hecho, oído o visto, lo cual sería remordimiento,
- Tristeza porque alguien ha descubierto o mencionado un pecado tuyo.