En los evangelios leemos diversos casos en los que el Señor Jesús muestra su admiración ante la fe de algunas personas como por ejemplo la mujer cananea¹ (Mateo 15:21-28); el centurión² (Mateo 8:5-13) o el ciego Bartimeo (Marcos 10:46-52).
No solamente algunos judíos, sino también algunos gentiles tuvieron la fe suficiente para ser admirados por el Señor y recibir la salvación de Él por gracia. Muchos miles habían oído hablar al Señor Jesús y habían visto y sido beneficiarios de sus milagros, pero sólo algunos creyeron para salvación.
La fe es imprescindible para la salvación eterna del pecador y también es la base de la vida cristiana. La fe no es un sentimiento (que puede ir o venir), sino una realidad para ser salvo y vivir como cristiano.
¹Descendiente del pueblo que ocupaba la zona de Canaán antes de la llegada de los israelitas.
²Oficial del ejército romano al mando de 100 soldados.