Dios ha creado al hombre con el propósito de ser virrey de la creación, para que le glorifique, sirva, alabe y también pueda disfrutar de todas sus bendiciones.
No somos objeto de la casualidad, ni de ninguna evolución. En realidad, hay un propósito múltiple:
«Y los bendijo Dios, y les dijo. Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sojuzgadla». (Génesis 1:28).
Propósitos de Dios para el hombre
- Para la gloria de Dios
Isaías 43:7 remarca el propósito de la creación humana:
«todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.»
Lo afirman también estos versículos del nuevo testamento:
«Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.» (Efesios 3:20-21).
«Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.» (Apocalipsis 5-13).
- Hemos sido creados también para servirle, alabarle, adorarle y darle gracias, con todas las posibilidades y capacidades para beneficiarse y gozar de las bendiciones y la presencia de Dios.
«Bendecid a Jehová, vosotros todos sus ejércitos, Ministros suyos, que hacéis su voluntad.
Bendecid a Jehová, vosotras todas sus obras, En todos los lugares de su señorío. Bendice, alma mía, a Jehová.» (Salmos 103:21-22).
- Otro propósito para el hombre es disfrutar de las promesas y bendiciones que Dios tiene reservadas para sus hijos y para la iglesia.
Todo esto pertenece solamente a aquellos que son justificados delante de Él, por medio de la preciosa y divina sangre del Señor Jesucristo derramada en la cruz del Monte Calvario.