Jesús murió en la cruz, pues era la única solución provista por Dios para la solución del problema del pecado en el hombre y de la condenación eterna que lleva aparejada.
Por eso, Jesús dijo:
«Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.»
No había otra alternativa que la muerte en la cruz. El plan de Dios es que el ser humano sea salvo por la fe gracias a la muerte de Jesús en la cruz y su resurrección.
Además, Jesús dijo: «Consumado es» (Juan 19:30), por lo tanto, no hay nada que añadir a su obra de salvación de Jesús en la cruz.
También murió según nos enseña 1ª Juan 3:8 «…para deshacer las obras del diablo», algo que ha sido necesario desde la Caída (Génesis 3) hasta el fin, hasta que el diablo sea arrojado al fuego eterno.
Jesús murió en obediencia al Padre
Jesús era el Hijo de Dios, pero Él «se despojó a sí mismo» y se convirtió en el «Hijo del Hombre», un ser humano en todos los sentidos de la palabra, con la misma naturaleza humana que nosotros.
«Y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz» (Filipenses 2:8).
Jesús tuvo que aprender obediencia como un hombre y por eso fue tentado. Cuando Jesús habló en contra del pecado y la hipocresía de los gobernantes religiosos de ese tiempo, habló con autoridad y convicción. Pero debido a que fue mal entendido por casi todos Sus contemporáneos; Tanto, que al final fue arrestado y crucificado.
Murió por amor a todos nosotros
El hombre puro, justo y sin culpa murió como un criminal, castigado por los pecados que nunca había cometido.
- La muerte de Jesús en la cruz del Calvario fue la culminación de Su increíble obra de amor para con nosotros.
- Por Su muerte reconcilió a los que creen en Él con Dios y mediante Su vida abrió un camino nuevo y vivo de regreso al Padre para aquellos que creen. A través de la muerte sobre el pecado, Jesús venció a la muerte:
«Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre» (Hebreos 2:14-15).