La revelación especial está en contraste con la revelación general dada a todo ser humano y presente en todo momento de la historia.
La revelación especial es la dada a Israel en el Antiguo Testamento y a la iglesia en el Nuevo Testamento. En el Antiguo Testamento Dios reveló a los profetas información sobre el Mesías verdadero. También la encarnación de Jesucristo
«Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros» (Juan 1:14).
Finalmente en el Nuevo Testamento Dios reveló verdades espirituales e información sobre eventos futuros entre otros a los apóstoles Pablo y Juan.
Pedro escribió:
«para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles» (2ª Pedro 3:2).