En bastantes textos de la Biblia se nos enseña que Dios es invisible, entre ellos Juan 1:18 leemos
«A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado conocer».
También en Colosenses 1:15
«Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación».
En Hebreos 11:27 leemos sobre Moisés: «Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey»; (que probablemente era mucha y peligrosa) y nos dice el texto que la razón para ello era que Moisés «se sostuvo como viendo al Invisible».
Pero, ¿cómo podía ver al Invisible? Le veía en sus palabras, sus obras y sus milagros, las manifestaciones de un Dios invisible, según nos dice la Palabra en numerosas ocasiones, aunque Hebreos 11:27 es el único versículo en la Escritura que menciona ese atributo de Dios con el adjetivo Invisible.