En Mateo 23:33 leemos una importante pregunta que hizo Jesús a los religiosos de su tiempo y que conviene oír a toda persona a lo largo de la historia: «¿Cómo escapareis de la condenación del infierno?»
En realidad, a causa de nuestro pecado personal todos los seres humanos merecemos ser condenados al infierno, para sufrir en condenación eterna; pero la gracia de Dios ha provisto un escape:
«Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)» leemos en Efesios 2:4-5.