Satanás responde al ser creado más elevado entre las criaturas morales de toda la creación. Al no ser Satanás creado en forma corporal su existencia y características deben extraerse exclusivamente de los textos bíblicos, la única manera confiable de saber cómo realmente es.
Fue creado con personalidad aunque la Biblia no menciona la fecha y parece que precedió a la creación de las cosas materiales.
De entre todas las huestes celestiales sólo hay un ser cuya creación se menciona específicamente: Satanás. Esto supone una supremacía respecto al resto de las criaturas invisibles de Dios.
Ezequiel 28:11-19 describe a Satanás así
«Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura.
En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación.
Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas.
Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad.
A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector.
Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti.
Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran.
Todos los que te conocieron de entre los pueblos se maravillarán sobre ti; espanto serás, y para siempre dejarás de ser.»
Sin duda alguna, este pasaje va mucho más allá de unas palabras proféticas dirigidas al rey de Tiro y es de clara aplicación a Satanás antes de su pecado y de su correspondiente caída de la posición que había ocupado, no sabemos si mucho o poco tiempo.
En Isaías 14:12-17 se le llama «Lucero, hijo de la mañana» presentándolo como un ser que ha caído de su estado original y de su gloria.